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Homenaje póstumo al fundador del Labiotam Dr. Silvio Montalvo

Durante el seminario de difusión de resultados parciales del Proyecto FONDEF se realizó un homenaje póstumo a quien presidía este proyecto y quien fue el fundador del Labiotam, Dr. Silvio Montalvo, homenaje escrito y presentado por uno de sus más antiguos estudiantes.

Después de la presentación oficial del seminario de difusión del proyecto FONDEF realizado el 25 de noviembre en el Auditorio B de la VIME (Usach), Nicolás Palominos (estudiante y tesista del Dr. Silvio Montalvo en el programa de Magíster) realizó un homenaje al Dr. Silvio Montalvo, director del proyecto Fondef y fundador del Labiotam.

Familia del Dr. Silvio Montalvo M. autoridades presentes e Invitados, muy buenos días

Hoy nos reunimos para presentar los resultados obtenidos en el proyecto Fondef ID18I10053, este debería haber sido una presentación sin mayores inconvenientes que se venía organizando desde hace al menos un par de meses, pero no siempre las cosas salen según lo planeado y, muchas veces, acontecimientos que uno nunca hubiera esperado, ocurren. Como la gran mayoría acá presente saben, nuestro querido Silvio Montalvo, director de este proyecto, nos dejó hace poco más de un mes. Silvio, o como nosotros le decíamos de cariño, profe Silvio, fue un gran profesor y sobre todo gran persona, que se destacaba principalmente por su calidad humana, siempre dispuesto a ayudar y enseñar a cualquiera que se lo pidiera, ya sea estudiante, alumno memorista o colega, siempre con su característica sonrisa ayudaba en lo que podía.

Nacido en Cuba, especializado en los países bajos y en la antigua Checoeslovaquia. Con su formación completa regresó a La Habana, en donde se desempeñó como docente e investigador, desde ese momento comenzó a participar activamente en congresos, seminarios y charlas en varios países de Latinoamérica, en los cuales, y gracias a su afable personalidad estableció lazos con un gran número de investigadores de distintos países. En uno de esos congresos, nos contaba el profesor César Huiliñir, en el cual también estaba presente, se encontró con un grupo de personas con rasgos asiáticos, los cuales, sin hablar siquiera el mismo idioma, se le acercaron y le dieron un regalo al profe Silvio, y el sin entender nada, solo sonrió. También nos contaba como algunos españoles se acercaban solo para que le firmara el libro que acababa de publicar, el cual sin ningún problema accedía, indicando la importancia que tenía como investigador. Esa facilidad que tenía para llegar a las personas le permitió crear la red latinoamericana de digestión anaeróbica, la cual permitió tener un gran acercamiento entre los investigadores, compartir información y avanzar hacia un mejor objetivo, manteniéndose todos a la vanguardia de los estudios desarrollados en esta parte del mundo.

El profe Silvio también se destacó por su parte docente, era uno de los profesores más queridos y respetados del departamento de Ingeniería Química, tal vez por su largo tiempo como profesor o tal vez por la empatía que transmitía, es difícil definir, pero probablemente sea una mezcla de todo, pero algo que queda claro, que a cualquier exalumno que se le pregunte, responderá con buenas palabras y grandes recuerdos de él, aunque probablemente no de sus pruebas, ya que en esos momentos se acababa todo el cariño, pero como él mismo decía, eso es el pollo del arroz con pollo, no hay buen profesor sin pruebas complejas que lo apoyen.

En el año 2010 fundó su laboratorio, el Laboratorio de Biotecnología Ambiental o Labiotam, un laboratorio donde desarrolló prácticamente todo el trabajo práctico de sus últimas investigaciones y posteriores publicaciones, donde acogió a un sin número de estudiantes que cumplían su última etapa antes de terminar su carrera universitaria, un laboratorio que marcó toda una etapa, tanto para él como para cada uno de los alumnos que pasaron por ahí. En el Labiotam, cada uno de los estudiantes que estuvimos y estamos actualmente, tuvimos la suerte de conocerlo más allá del clásico contacto alumno profesor, lo conocimos como persona, cuando todos los días iba por su café después de almuerzo, donde Alejandra, se lo preparaba y tenía calentito, ya sea invierno o verano, lloviera o hubiera un terremoto, ese café iba sí o sí. Pero también, teníamos otro tipo de actividades en el laboratorio, una de esas incluyó clases de salsa a cargo de Yeney, una alumna cubana, ella nos explicaba las características de este baile, y, cuando los alumnos más tiesos peleaban por tratar de mover los hombros sin moverse enteros, apareció el profe Silvio, nos robó a la maestra de baile y nos mostró como se baila una real salsa cubana, con movimiento de hombros incluido, dejando atónitos al resto, pensando en tono de broma, no bailo más esta cuestión.

Él sabía que podía confiar en las personas del Labiotam, para lo que fuera, en especial en la Ale, su mano derecha, en la que recaía cada proyecto, cada alumno tesista, cada actividad se conversaba con ella antes de realizarse, es por esto que a veces se aprovechaba de esta confianza  y las mandaba a ella y a panchita, su eterna ayudante de ambiente y tesista en esos momentos, a tomar pruebas de ramos que él hacía, descartándose de la parte tediosa, mientras que ellas no podían decir que no por diversas razones, entre comillas, no solo porque era el jefe.

Nos enseñó un montón de cosas, a cada uno, pero una de las más recordadas, es que cualquiera podía hacer una pregunta tonta, podían tener años de experiencia, o nada, pero una pregunta tonta siempre era bienvenida, como la que él hacía en las mañanas, aclarando antes si la podía realizar, diciendo, puedo hacer una pregunta tonta, él claramente sabía la respuesta, pero preguntaba igual, ¿ya llego palomo? (un alumno memorista de magister que acostumbra a llegar después del medio día), Alejandra lo miraba y se reía, y el profe con ella, era obvio que no había llegado, pero él nunca perdió la esperanza de verlo temprano por el laboratorio.    

Este proyecto Fondef era tal vez uno de los más importante que él dirigía, no por la investigación, ya que durante su carrera ya había dirigido un montón de proyectos, bajo diferentes financiamientos, ya sea estatales o privados, en diferentes países del mundo, sino más bien porque era el último que dirigiría. Como algunos saben, el profe Silvio había postulado al incentivo de jubilación, el cual siempre demoraba unos cuantos años en aprobarse, por este motivo el profe lo solicitó, pero tuvo la mala suerte de que salió aprobado en el mismo año que postuló, obligándolo al retiro, cosa que el aún no quería, por suerte y gracias a este proyecto, pudo ser recontratado por la universidad, pudiendo seguir ligado a la investigación y a la docencia, aunque solo a alumnos de postgrado. Así que cuando terminara este proyecto, sería el fin de una etapa, una en la que se destacó como un gran investigador a nivel nacional y mundial.

Finalmente, no nos queda más que agradecer todo lo entregado, cada uno sabe realmente lo que le aportó en sus vidas y lo que significó, trataremos de continuar su obra y legado, trabajando con esa humildad que lo distinguió para hacer del planeta un lugar mejor para vivir.

Profe Silvio, Gracias por todo. Nunca lo olvidaremos.

Luego, se le entregó a Isel Cortés, esposa del Dr. Silvio Montalvo, un reconocimiento a todo el trabajo y dedicación entregados por su esposo durante todos sus años en la investigación y en la docencia.